Share this picture
HTML
Forum
IM
Recommend this picture to your friends:
ImageFap usernames, separated by a comma:



Your name or username:
Your e-mail:
  • Enter Code:
  • Sending your request...

    T'nAflix network :
    ImageFap.com
    I Love DATA
    You are not signed in
    Home| Categories| Galleries| Videos| Random | Blogs| Members| Clubs| Forum| Upload | Live Sex




    Sometido en la isla de los Negros 5

    En capítulos anteriores, desde que llegué a la isla Leche Negra casi me violaron en la calle, le hice sexo oral a un enorme policía negro, me quitaron mis pertenencias, me obligaron a trabajar de mucama en un hotel y, cuando encontré el documento de mi desaparecido amigo Cristian en la habitación de mi amo, tuve que disimula chupándole la polla. El resultado no fue lo que esperaba: yo un hombre hetero y ahora estaba enviciado al semen de mi jefe. Un líquido con una propiedad adictiva que tenían todos los hombres alfa de esta región.

    Ya había pasado un mes desde la primera vez que probé el semen de mi amo y desde entonces no había pasado día en el que no comenzara la mañana con tan suculento desayuno. A ese punto el Maestro ya estaba acostumbrado. Durante el día, ninguno hablaba de eso. Él mantenía su papel distante, rígido y varonil y yo miraba de reojo cada tanto ese enorme bulto que tan loco me ponía todas las mañanas. A medida que pasaban las horas del día mi estómago seguía sin hambre pero mi excitación iba en aumento. Ya para cuando me sacaba mi ajustadito uniforme de mucama, podía notar que mis bragas estaban mojadas en la parte de atrás. Entones me masturbaba con fuerza en el baño. Ya no miraba porno ni pensaba en mi novia o cualquier mujer, lo único con lo que fantaseaba era con el gigantezco pene que iba a despertarme al día siguiente. Eso lograba calmar mi exitación por unas horas.

    Luego, me iba a dormir temprano y a las 5 de la mañana, como un reloj, mis ojos se abrían y tenía una sonrisa de oreja a oreja: comenzó otro día. Era una rutina sin días libres: me escabullía en la habitación de mi maestro y lo despertaba lamiéndole las pelotas. Mi técnica fue mejorando y podía meterme el pene entero en mi sediento paladar de una forma muy rápida. Ya me sentía como una putita profesional. Las corridas nunca eran menos de 15 y no dejaba ni una sola gota sin tragar.

    Nunca contabilicé la cantidad de litros de esperma que tragaba semana tras semana pero sin duda que estaba generando sus consecuencias. Como Sussy me había advertido, mi estómago comenzó a ensancharse y a esa altura ya parecía que tuviera un embarazo de 5 meses.

    Nadie del hotel decía nada pero todos en el fondo sabían el porqué de mi cambio físico. Afortunadamente se me permitió desatar parte de mi vestido de mucama y mi gordito estómago se podía ver por debajo de mi blanco delantal.

    Un día llegó la noticia de que Porongo volvería. La última vez que ví a Porongo fue esa tarde en que me abrazó con cariño antes de entrar a la habitación del maestro. Después de eso, el hombre se fue hacia el norte de la isla por cuestiones familiares y no lo volví a ver. Estaba muy entusiasmado por su regreso. Es que, tantos días deleitándome con el semen de mi maestro me habían puesto una idea sobre la cabeza: sexo anal. Me preguntaba qué tan placentero se sentiría tener uno de esos monstruos dentro de mi ano pero no quería perder mi virginidad con el maestro. Sin embargo, cuando pensaba en Porongo, sólo podía imaginarme la clase de amante que podría ser.

    El viernes Porongo volvería y decidí recibirlo con una vestimenta acorde. Por eso, le pedí permiso al maestro para ir al centro comercial a comprar mi primera vestimenta sissy. "Sólo si vas acompañada por tus compañeras" me respondió. Como siempre, le hice caso a mi amo y nos dirigimos a la tienda junto con Sussy y las pequeñas gemelas.

    Desde que me habían quitado mis antiguas pertenencias, la única ropa que utilizaba era mi uniforme de mucama y un par de prendas que Sussy me había prestado. Con mi trabajo ya había pagado mi uniforme de mucama y ahora tenía el dinero para comprar mi propia vestimenta. No buscaba algo muy putón, pero sabía que debía adaptarme a la legislación de mi país. De ninguna manera podría vestirme como el hombre que era antes.

    Con las chicas entramos a una tienda específica para vestimenta sissy. Todo se veía muy femenino. Lo primero que me probé fue un pantalón deportivo ajustado con unos dibujos y unas palabras en inglés que no entendía qué significaban pero decían "BLACK COCK WHORE" y "OWNED" en la parte trasera mientras que arriba, en un borde blanco decía "BLACKED". Nunca entendí ese idioma pero Sussy me dijo que esas palabras decían "VIVIR EN LIBERTAD", "VALIENTE" y palabras por el estilo. Combinando con ese pantalón, me probé una pequeña musculosa blanca por debajo de un jersey rosa de lana que dejaban al descubierto mi ombligo. Por último, unas zapatillas color rosa que nunca pensé que me probaría en mi vida. Salí del vestidor con el pantalón muy ajustado marcando mi pequeño pene. 

    Para mi nuevo pijama, decidí probar un estilo más infantil y divertido y una de las gemelas me propuso que pruebe una vestimenta oriental, Kawaii. Nunca fui de mirar animé ni nada de la cultura oriental pero me gustó cómo me quedaba. Salí del vestidor con un pantaloncillo de lana color rosa tapando mis zonas íntimas y arriba un top también rosa con una carita de dibujo animado y dos orejitas que rebotaban cada vez que caminaba de una forma juguetona y extrañamente sensual. También tenía unas largas medias blancas, similares a las que usaba para mi uniforme de mucama. Podía imaginarme la mano de Porongo metiéndose por mi pequeño pantaloncillo rosa y bragas de corazoncitos y masturbando mi ano hasta hacerme eyacular.

    Para el siguiente outfit quería algo más provocativo, sensual. No pensaba usarlo en día que llegue Porongo porque sería demasiado desacatado pero en otro día podría verme vestida así y dejarlo boquiabierto y empalmado a tope. Encontré nuevamente un pantaloncillo pero esta vez era un jean. Por arriba un top rosa de tela semi transparente que cubría mis brazos y unos tacones rosa que ponían firme mis gluteos. Por delante, el jean no llegaba a cubrir en su totalidad se podía notar que llevaba una tanga negra debajo. Pero lo que realmente se destacaba de esta ropa era cómo se veía mi apretado trasero. Si me agachaba a recojer algo y mostraba ese trasero, el hotel se convertiría en un banco de esperma en cuestión de segundos.

    Por último, la ropa con la que recibiría a Porongo. Era algo elegante y cuidado, parecía una hermosa secretaria. Una falda negra y ajustada con una camisa blanca y los mismos tacones rosa del vestido anterior. Con mis suaves piernas recién depiladas en la mañana, parecía toda una mujercita.

    Sin embargo, me faltaba un pequeño detalle para este último outfit. Sussy vino caminando del otro lado de la tienda con un collar rosa con un texto en inglés. Otra vez no entendía lo que decía pero ella me tradujo que significaba "CONFIANZA". Me gustó mucho esas palabras positivas que hablaban de mi personalidad entonces lo compré sin dudarlo.

    Ya estaba lista para recibir a Porongo. Los días pasaron y yo estaba cada vez más cachondo llegando a tocarme mientras tomaba mi leche de la mañana. Llegó el viernes y me puse mi nuevo vestido para recibir a Porongo. Me sentía una diosa. A la noche, fuimos todos al hall a recibirlo y me encontré con una gran sorpresa: Sussy estaba vestida de una forma extremadamente putona. Tenía una falta de jean, tacones rojos y una falda blanca ajustadita y semitransparente.

    Nadie se estaba fijando en mí sino en ella. A los minutos, entró por la puerta Porongo con una hermosa sonrisa y todos gritaron "¡sorpresa!". Le regalaron un pastel de bienvenida y Sussy se acercó a él para traerle un reloj de regalo. Porongo la miró sorprendida: "Ahí viene mi putita preferida" dijo y todos se rieron. A mitad de camino, Sussy tropezó y el reloj se calló al suelo. Rápidamente ella se levantó y se agachó a recojerlo pasando su trasero a escasos centímetros de Porongo como una puta en celo.

    No podía creerlo. Esa sucia ramera me estaba robando mi lugar. Estaba muy angustiado. Me acerqué a saludar a Porongo con la garganta temblando, aguantando mis ganas de llorar.

    Yo: Hola, Porongo... te... extrañamos.

    Porongo: ¿qué es lo que tienes en el cuello?

    Se refería al collar rosa que compré hace unos días. Me gustó que lo note.

    Yo: es... un collar. "Cumslut" significa "confianza" en...

    Me interrumpí sólo. Miré a Sussy aguantando la risa. Esa puta lo había hecho otra vez.

    Porongo: "Cumslut" significa "puta del semen" en inglés ¿de qué estás hablando?

    Los demás empezaron a reirse y yo no aguanté más el llanto. Me fuí corriendo a mi habitación y cerré la puerta. Había sido humillado. Al rato, escucho que golpean la puerta.

    Porongo: Soy yo, Pitochico, déjame entrar.

    Lo pensé por unos segundos. Me acerqué a la puerta y la abrí lentamente. Nos sentamos los dos en la cama.

    Porongo: te traje de regalo un cargador de móvil.

    Yo: Oh, gracias... ya lo había olvidado.

    Puse a cargar mi móvil.

    Porongo: ¿qué pasó con tu búsqueda de tu amigo? ¿encontraste algo?

    Yo: bueno... estuve ocupado con otras cosas.

    Porongo: si, creo que me hago una idea.

    Miré a mi estómago y me lo tapé rápidamente. Qué vergüenza, me había vuelto una gorda de tanto comer semen.

    Porongo: sabes que no me gusta verte llorar, Pitochico, eres más fuerte que todo esto.

    Me dijo eso posando su mano sobre mi cara y me sentí reconfortado. Lentamente me acerqué a él. Iba a darme un beso en la boca. Sin embargo, nos interrumpió alguien desde la puerta.

    Sussy: Papi, necesito urgente que me acompañes al baño. Sabes que tengo que ordeñarte.

    Porongo se dió vuelta. Sussy estaba tocándose el vestido sensualmente levantándolo al punto en que se empezaba a ver la punta de sus bragas. Porongo tenía la mirada fija.

    Porongo: Espérame agachada y con la boca abierta, putita. Te voy a afixiar de tanta polla.

    Sussy corrió dando brincos al baño seguida por Porongo. Cerraron la puerta y pude escuchar como empezaba el acto sexual.

    Miré mi móvil: se estaba encendiendo después de un mes. Tenía mensajes y llamadas perdidas de todo tipo: mi novia, mi madre, mi inocente hermanita de 18 años, amigos de mi país. No podía creer que me haya olvidado de Cristian todo este tiempo. Fue mi mejor amigo toda mi infancia y adolescencia y vine hasta esta isla a traerlo de vuelta ¿en qué me había convertido? todo el mundo se estaba preocupado por mí mientras yo jugaba a ser una putita. Me sequé las lágrimas. Esto se acabó. Ya no más Pitochico, mi nombre era Mauro y tenía que hacerme respetar. Se terminó esta etapa de curioseo gay que todo hombre hetero a veces transcurre. Tenía que centrarme en buscar a Cristian. Basta de vestirme provocativamente, basta de masturbarme pensando en penes, basta de sufrir por Porongo y, por supuesto, basta de desayunar el semen de mi amo todos los días. Tenía que volver atrás y volver a ser un verdadero hombre. Sabía que iba a costar al principio pero dejaría de comportarme como una sissy por el resto de mi vida.

    CONTINUARÁ.

     
      Posted on : Oct 6, 2024
     

     
    Add Comment




    Contact us - FAQ - ASACP - DMCA - Privacy Policy - Terms of Service - 2257



    Served by site-7dcbc9b7d8-5vk7h
    Generated 22:40:34