¿Por qué me enamoré de Veronel?
Cada vez que veo estas imágenes una y otra vez,me excito terriblemente,recordando cuántos espermatozoides eyaculó en mí este hombre,cuánto semen vertió directamente en mi boca,con qué vigor esta mamba negra escupe su viscosidad en mi garganta.
Parece ser un depósito no drenado de líquido seminal y estoy encantado más allá de las palabras.
Me quedo con ellos el fin de semana,a veces tres días o incluso cuatro,y ese buen hombre me alimenta con su savia saciante a máxima frecuencia y todavía no me alcanza.
El bajito es particularmente viril y tan bajito como es,tiene suficiente vigor para los tres juntos.
Lo amo por eso y por su jugosa polla.
Ya sea que me folle en su boca,pero sobre todo cuando se folla a su mujer,durante las penetraciones eyacula pequeñas cantidades de esperma,continuando la penetración sin ser m****tado sin que la vitalidad de su martillo disminuya.
Me toma por sorpresa, pero me encanta cuando su jugo caliente me salpica en la boca.
Entonces pensé que está muy excitado y que en ese momento,estando en mi boca,está en el lugar que le provoca el placer extremo.
Y no me equivoco en absoluto porque eso es lo que pasa cuando se folla a Lacrima.
Cuando ella se moja de placer,él la sigue de cerca en un tándem ideal. Encajan perfectamente. Están hechos el uno para el otro. Hasta los rasgos de los rostros me parecen similares.
Cuando ambos son jugosos,los adoro aún más,como dos deidades nubias.
Les ruego que me dejen comer y beber de ellos la ambrosía y el néctar que segregan.
Al principio,me m****ta su indiferencia como pareja,y el chapoteo que hace su jugosa polla cuando entra en su húmedo coño me hace salivar profusamente.
Cuando se apiadaron de mí y de mi tormento por el que estaba pasando,su minga - recién sacada de su chocho húmedo- cargada de mucosidad,pegajosa y llena de savia,me llenó la boca.
Lo tragué con avidez y lo chupé febrilmente por miedo a que se apresurara a penetrar de nuevo a su mujer y me dejara con el labio hinchado.
No pocas veces me apostrofó gentilmente,cito: ¡Basta,tonto,que me has blanqueado el kokar(pene en idioma romanípor chupar tanto!
Con mi boca apestando a polla,fui ansiosamente al trasero levantado de Lacrima, del cual goteaba el jugo,corriendo por mi nariz y barbilla,mientras lo olía,luego en mi lengua,antes de lamerlo.
Chasqueé con la lengua de placer,exhalando toda una cogida,luego le metí la nariz en el culo y prácticamente chupé el jugo de los dos de su vulva.
Sólo la verga de Veronel,que vino a someterse a ella,me alejó lentamente exhalando fuerte y hambrienta de deseo.
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