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Empachando de leche a mi madre 2 (follador lechero)
—¡Mueve el culo, perra! ¡Plaaaaaaaaaassssss! ¡No vales más
que para usar tus agujeros, tía cerda! ¡Plaaaaaaaaaaaasssss! ¡Tenía que
avergonzarte, estar caminando a cuatro patas como una perra con la ropa de mi
madre! ¡Plaaaaaaaaaaaaaaaasssss! —Le decía a Mónica mientras la sacaba
caminando por el pasillo a golpe de nalgadas, deleitándome con el movimiento de
sus nalgas en cada impacto de mis manos en ellas.Me detuve y me agaché para
pegar un tirón al caro vestido de mi madre que llevaba puesto Mónica, para
coger el vestido por el escote y pegar un fuerte tirón, rompiendo los botones y
sacando sus ubres agarrándolas por los pezones y tirando de ellas para
sacarlas, dando una visión espectacular, una mujer madura, a cuatro patas con
los pechos colgando, sus nalgas desnudas y con sus agujeros ofrecidos para ser
usados al antojo de un chaval de 25 años que bien podría ser su hijo, aunque ya
lo es de su mejor amiga, siendo paseada y tratada como una vulgar marrana,
mientras su marido tenía una opinión de ella de ejemplar esposa, fiel,
responsable, trabajadora y recatada, jajajajaja, sin saber que todos los días
se le besaba después de haber tragado por esa boquita una gran cantidad de
leche y todos sus agujeros bien abiertos y bien follados. Oí como mi madre se
dirigía hacia el salón, muy lentamente. Seguramente estaría avergonzada,
preguntándose como le podía estar pasando esto a ella, por qué esta humillación,
esta saña, esta sed de venganza sin sentido ya que ella había sido ...
.. siempre una excelente madre, esposa y trabajadora, una
mujer con una reputación y un estatus que no podían permitirse el ser empañados
por ningún escándalo.Agarré mi móvil y se me ocurrió filmar a su amiguita
Mónica siendo humillada, por lo que me sitúe delante de ella viendo como
caminaba, pero de pronto, reparé en el espejo de la entrada, donde se veía
perfectamente reflejada media cara de mi madre asomada por la puerta del
comedor, por lo que apunté hacia el espejo, sin que mi madre se percatase de
ello.—¿Quién es el cornudo de tu casa, puta? ¡Plaaaaaaaaaaassssss! —Le pregunté
mientras grababa al espejo donde se veía a Mónica y a mi madre en un
lado.—¡Aaaaayyyyyy! Mi…marido… —Conestaba Mónica.—¿Quién es tu macho, marrana?
¡Plaaaaaaaaasssss!—¡Aaaaayyyyyyyyyyy! Tú…—¿Quién te rompe el culo mientras el
cornudo trabaja? ¡Plaaaaaaaaaaasssss!—¡Aaaaaaaayyyyyyyyy! Tuuu…—¿Qué es mi
madre? ¡Plaaaaaaaaaaaaasssss!—¡Aaayyyyyy! Unaa…perraaa…—¿Cómo te gusta que te
trate tu macho? ¡Plaaaaaaaaaaasssss! ¡Plaaaaaaaaaaaaasssss! —Le repetía dándole
fuertes nalgadas mientras tenía su cara pegada al suelo.—¡Aaaaayyyyy! Como
tú…quieras…—Te voy a follar el culo delante del cornudo, mientras duerme, te
pondré a cuatro patas en el borde de la cama y te reventaré el ojete en su
presencia ¿Qué te parece, perra? ¡Plaaaaaaaaaaasssss! —Le decía delante de mi
madre, la cual permanecía escuchando, ya fuera de mi campo de visión.—¿Te gusta
que te vista como a la puta de mi madre con su ropa, mientras te follo ...
... como a una cerda? ¡Plaaaaaaaaaaassssss!—Sss…siiii…me
gusta…mucho...—¡Pues así te vas a vestir siempre, puerca, las marranas tenéis
que ir vestidas todas igual, putas! ¡Plaaaaaaaaaaassssss!De pronto oí la puerta
de la calle, por lo que deduje que mi madre había salido sigilosamente de
casa.—¡Ya me cansé, cerda, vístete y ve con el cornudo, ya te llamaré cuando te
quiera romper el culo, pero las bragas las dejas, y no se te ocurra limpiarte
la cara, que todo el mundo sepa que llevas el semen de tu macho en la cara y el
pelo! —Le dije sin tener remordimientos del trato que le daba.—Pero…Richard…mi
marido… —Me dijo con mirada preocupada y suplicante.—Me importa una mierda, tu
marido es un puto cornudo, una maricona, y tú una guarra que viene a que le
folle como a las putas —Le contesté con contundencia —y me vas a dar 300 Euros,
quiero comprarme una ps4, marrana —Le exigí.—Eeehhhh…sí…claro… —Me dijo
buscando en su cartera, sacando 3 billetes de 100 Euros —toma Richard… —Dijo
ofreciéndome el dinero.La tenía totalmente enganchada a mis duras folladas, era
su macho y me daría en todos los sentidos lo que le pidiese, aunque fuera
dinero, por lo que abusaba de mi dominación y sometimiento sobre ella sin miramientos.—Lárgate
ya… —Le ordené.Mónica se vistió en la habitación y salió a los 5 minutos
vestida elegantemente con su ropa, sus gafas y todos los chorretones de semen
en cara y pelo, tal como le había indicado. Me acerqué a ella y, cuando creyó
que iba a besarla, ella cerró los ...
...
ojos esperando un tierno beso y, un tremendo salivazo le estampé contra el
cristal izquierdo de las gafas, el cual le cubrió toda la lente,
chorreando por su mejilla, como si de una lágrima gigantesca, blanca y
espesa se tratase.—Esto tampoco se te ocurra quitártelo —Le indiqué,
agarrando su elegante camisa y pegando un tirón a los botones para
romperlos y abrirla hasta medio pecho, dejando sus pechos al descubierto
—quiero que salgas de mi casa hecha una marrana igual que eres tratada
cuando te follo. Y cuando llegues a casa quiero una foto para ver que has
llegado toda llena de semen y con el salivazo en la cara, perra —Le espeté
con arrogancia y prepotencia.Ella se limitó a acatar lo ordenado y se
marchó de casa así vestida y de esa guisa, jajajajaja. Mi objetivo…era mi
madre. El día transcurrió yendo a dar una vuelta con mis amigos, hasta
llegar la hora de comer, momento en el que llegué a casa, donde ya habían
llegado mi padre y mi madre. Mientras mi padre se duchaba, llamé a mi
madre.—¡Mirona! —Dije con un grito que se oyó en toda la casa.—¡Voy
Richard! —Contestó mi madre desde la cocina rápidamente, evitando que lo
repitiese.Mi madre apareció vestida elegantemente, con un traje de falda
corta a medio muslo blanca, al igual que la camisa, con el botón de arriba
desabotonado, que dejaba adivinar unas buenas peras bajo la prenda. Todo
ello complementado con un bonito peinado y una elegante coleta, así como
sus bonitas gafas. Su blanca dentadura ponía la guinda a una mujer ...
... preciosa de su estatus.—¡Lávame los calzoncillos! —Le
dije plegando bien estos y haciendo un medio nudo mal hecho para acoger bien
todo el semen en su interior, viendo incluso como la leche se derramaba por los
lados.—¡Toma, cógelo! —Le dije lanzándoselos por el aire con fuerza.Mi madre
fue a cogerlos con las manos, pero no lo logró, por lo que impactaron en plena
cara y se desataron, por lo que todo el semen le estalló en plena cara, de
lleno, llenando su pelo y sus gafas de una espesa y abundante manta de semen,
al igual que su elegante camisa y su escote. De su barbilla correaba semen
hacia su escote, había sido una corrida muy abundante y espesa. Mi madre quedó
con la boca abierta por la inesperada situación, como cuando uno recibe un cubo
de agua fría en plena siesta que te deja en shock.—¡¿Serás marrana?! —Le dije
con expresión seria.—Pero…¿Cómo…? —Balbuceó mi madre.—No tenías bastante con
verme echar la leche en tu habitación que la querías probar ¿No? —Le
dije.—Pero…yo…—Pues visto que es lo que querías, a partir de ahora te voy a
duchar bien duchada.—Pero que…¡No puedes hacer eso! ¡Soy tu…soy tu…madre…!
—Dijo intentando dar énfasis a sus palabras.—¿Ah sí? De acuerdo ¡Papá, papá!
—Dije llamando la atención de mi padre que estaba en el baño.—Pero…que haces
hijo…por favor…no… ¡chchchchchch…! —Dijo intentando hacerme callar.—¡Voy a
contar todo a papá y de paso a enseñar el vídeo de tu amiguita Mónica mientras
tú miras a través de la puerta del comedor —Le ...
... dije.—Pero…Richard… —Dijo abriendo los ojos como
platos.—¡Papá!—Vale…vale…lo que quieras…pero por favor… —Me dijo acercándose a
mí.—Quiero que te ofrezcas a que te cubra de leche la cara cuando yo quiera —Le
dije con malicia.—Pero…Richard…—¡Papá…! —Volví a gritar ante su
reticencia.—Sí…sí…vale… —Contestó.—¿Cómo que vale? ¡Qué te ofrezcas, marrana!
—Le dije.—Yo…yo…puedes…llenarme de…leche…cuando…q…qui…quieras… —Dijo con tono
derrotado, sin dignidad.—¿Vas a estar a mi disposición, marrana?—S…sí…—Ven aquí
—Le dije aprovechando su estado de vulnerabilidad.Ella se acercó lentamente con
mis calzoncillos en la mano, humillada, cubierta por el semen de su propio
hijo. Sus pasos eran cortos, indecisos, esta indecisión daba un fuerte
contraste a su forma de vestir, al saber que dentro de una hora esta madre fiel
y responsable, humillada, tendría que estar al frente de todo un departamento,
impartiendo ordenes y imponiendo respeto y carácter que, en este caso, hacía yo
con ella.—Yo te agradezco, “mirona”, que cuando era pequeño me amamantaras, me
dieras tu leche salida de esas ubres que hoy utilizas para embelesar con tus
vestimentas —Le dije cínicamente —ahora, seré yo el que te de leche a ti, por
lo que, espero, sepas agradecérmelo igual que acabo de hacer yo contigo —Le
dije ahondando en su vil humillación.Ella permanecía de pie, con sus gafas
llenas de semen al igual que su pelo, mirándome fijamente a los ojos, pero sin
carácter, una mirada vacía, hueca.—Papá está a punto de salir del baño…tú ...
... verás, si te encuentra de esta guisa…jajajaja —Le dije
riendo.—Yo…grac… —Arrancó a decir.—¡Espera! —Le interrumpí agarrando mi
móvil.Desbloqueé mi móvil y activé la cámara para grabar y se lo ofrecí.—Lo vas
a decir mirando a la cámara, grábate tu misma, “mirona”, jajajajaja —Le
dije.Puse el móvil en su mano, tan solo a falta de apretar el botón de
grabación.—Quiero que tú solita aprietes el botón para grabar, no te olvides de
mirar bien a la cámara —Le dije acomodándome en el sillón disfrutando de la
humillación de mi pobre madre.Mi madre, con la mano temblorosa, comenzó a mirar
a cámara.—Mejor…ponte de rodillas, y cuando empieces a grabar, quiero que metas
mi calzoncillo en tu boca a mi señal ¿Me has entendido, “marrana”?
jajajajaja.—Yo…si…tu padre…nos ve… —Dijo con preocupación.—¡Pues venga! ¿A que
cojones esperas, tonta del culo? —Le dije con autoridad.Volvió a mirar a
cámara, observando como tragaba saliva, con toda la cara y gafas llenas de
semen, mientras su hijo, yo, permanecía en el sillón, con mis enormes cojones y
mi cipote semi erecto fuera del pantalón de deporte, disfrutando del panorama.
Mi madre llenó de aire sus pulmones dispuesta a comenzar.—Ofrécete a tu hijo,
di que te ofreces a que te llene de semen siempre que quiera —Le
indiqué.—Yo…me…ofrezco…pa…para que…me llenes…d…de…de…semen…siempre que…qui…quieras...
—Dijo arrastrando las palabras, mirando temerosa a cámara.—¿No me agradeces el
que te vaya a surtir de leche? —Le pregunté mirándola impasible.Ella ...
.. miró a mis ojos, si mirada era de odio, indignación y
humillación, todo en uno, estar de rodillas y desear salir de aquella situación
corriendo, pero no poder, estar atada por no haber sabido reaccionar a tiempo,
cuando todavía era posible, haber actuado como una quinceañera cuando era una
madre frente a su hijo, visto ahora en esta situación seguramente hubiese sido,
aunque embarazoso, mucho más coherente, sin embargo, por no querer morder al
cachorro…el cachorro mordió a mamá, sin piedad. Algo con fácil solución…ya no
la tiene.—Gra…gracias…por…querer…llenar…me…de…leche... —Terminó de decir estoicamente
sin dejar de mirar a cámara.—Ahora introduce el calzoncillo de tu hijito en tu
boquita jajajaja, pero antes pásalo por toda tu carita —Le dije dibujando una
sonrisa en mi cara.Mirándome fijamente, levanto el brazo izquierdo con el
calzoncillo en la mano, lentamente, como si le pesase 10 kilos, y con lentitud
comenzó a pasarlo por su cara, sus mejillas, su frente, sus gafitas y su nariz.
Justamente en la nariz, agarré el calzoncillo con mi mano y lo apreté fuerte
contras esta.—¡Aspira el olor a macho del rabo de tu hijo, marrana! —Decía
mientras apretaba con fuerza contra su nariz, frotándolo con saña.Mi madre
mientras intentaba aspirar todo lo que podía, el olor a semen y rabo le
inundaba las fosas nasales.—¡Vas a ir al trabajo oliendo al macho de tu hijo,
en vez de al maricón de tu marido! —Le decía mientras le miraba desde arriba y
le daba palmaditas en las mejillas, todo ello ...
... sin dejar de grabar —ahora ya puedes meter el
calzoncillo de tu buen hijo en tu boca de cerda —Le dije liberándola, permitiendo
que cogiera aire.Mi madre se tomó unos segundos, en los que me miraba a mí.
Acto seguido, entornó la boca e introdujo un poquito el calzoncillo, dejándolo
colgando de ella.—¡Mételo más, coño, los quiero todos en la boca! —Le ordené
—¡y mira bien a cámara, no quiero que se pierda ni un segundo de lo guarra que
es mi mamá! —Le dije de forma imperativa.Ella me miró tres segundos y,
volviendo a mirar a cámara introdujo un poquito más.—¡He dicho que todos,
joder! —Dije levantándome y dirigiéndome hacia mi madre con todo el rabo ya
bien duro y mis huevos colgando.Agarré con mi mano el calzoncillo y se lo
introduje a la fuerza, metiendo mis tres dedos hasta el fondo de su garganta,
metiendo los calzoncillos bien adentro.—¡Así marrana! —Decía yo con furia
apretando los dientes y forzando su garganta, mientras con la otra mano la
agarraba con fuerza de su coleta —¡Aaaasiiii, bien adentro…! —Decía mientras mi
mamá intentaba frenar mi mano agarrándola con la suya.Las arcadas comenzaron a
invadir su garganta, comenzando a salivar en abundancia, formándose en sus ojos
grandes lágrimas que comenzaron a caer por sus
mejillas.—¡Mmmmmmmmm…mmmmmmm…mmmmmmm…! —Era lo único inteligible, acompañado de
babas que se acumulaban en sus comisuras, por los pocos huecos que dejaba el
calzoncillo y mis dedos en su boca, para descender por su labio inferior hasta
la barbilla, ...
. comenzando a caer en hilera hasta su elegante faldita,
espesos y gruesos cordones de saliva blanquecina, espumosa.—¡Traga mamá, traga
bien adentro, mamona! —Le decía con ira metiendo todavía más los calzoncillos
con mis dedos.No sé lo que me pasaba, pero sentía la necesidad de ser cruel con
mi buena madre, humillarla, verla a mis pies. De pronto, sonó su móvil.
Mientras ella permanecía de rodillas con la boca llena por mis calzoncillos.
Era mi padre.—¿Sí? —Dije descolgando el teléfono a mi padre, mientras mi madre
permanecía de rodillas con la boca llena.—Richard ¿Está tu madre? —Contestó
él.—Pues…sí, justo aquí la tengo, con la boca llena —Contesté a mi padre
mientras miraba a mi madre con una media sonrisa.—¿Está comiendo? —Dijo mi
padre.—Siii…bueno…más o menos… ¿Te la paso? —Le dije.—Sí hijo, te lo agradezco
—Me contestó.Miré a mi madre y le di el teléfono para que hablara con él, ante
su mirada sumisa, humillada, con los calzoncillos de su propio hijo y toda la
cara llena de semen cosecha de su propio hijo.—Hhhhiiii….iii… —Intentó
vocalizar con la saliva saliendo por su boca.—¿Lucía? Te oigo un poco mal
—Decía mi padre.—¿Has ido al banco a sacar el dinero? —Continuaba mi
padre.—¡ooo…oooaaaiiaaa…oooo…! —Decía mi madre forzando su voz, viendo como las
venas de su cuello se hinchaban por el
esfuerzo.—¿Qué?—¡eeee….ooooaaaiiiaaa….oooo! —Intentaba chillar más fuerte mi
madre sin conseguir pronunciar una sola sílaba.—Espera mamá que te ayudo —Le
dije sonriendo.Me acerqué a ella y ...
... agarré con los dedos de mis manos las comisuras de sus
labios para estirarlas hacia los lados, ridiculizando su cara, aprovechando
para lanzarle un espeso salivazo, que fue a parar al interior de su boca. Con
los labios dados de sí por mis dedos y,todo ello mientras ella continuaba
grabándose con el móvil, le dije…—Contesta ahora mamá jajajaja, contesta a papá
–Le dije mientras me observaba humillada y colorada._eee…oo…iii…oo… —Voceaba.—Espera,
ahora verás como sí –Dije sacando poco a poco los calzoncillos de su boca,
llenos de hilos de babas que quedaron unidos a su boca, casi irrompibles por su
densidad.Mi madre tomó tres bocanadas de aire que le permitieron llenar de aire
sus pulmones y recuperar el aliento. Agarré mis calzoncillos todos llenos de
saliva, y los restregué por toda su cara, dejándosela con hileras que se
quedaron pegadas a sus mejillas, hileras blanquecinas y viscosas, las cuales le
daban a mi madre un aspecto de cerda.Mi rabo había cogido un tamaño máximo,
seguro que si ahora mismo intentara metérselo a mi madre por su boquita no le
entraría ni un cuarto de barra. Dejé el móvil en el suelo, bajo ella.—Ya puede
hablarte papá, ya ha tragado –Dije a mi padre mientras miraba a mi madre
guiñándole un ojo sonriendo.—¿Cariño? –Decía mi padre a mi madre —¿Ya puedes
hablar?—Ehh…sí…ya puedo… —Dijo tomándose su tiempo.—Bien, decía que si has ido
al banco –Le repitió mi padre.—Pues…no he podido todavía… —Contestó mi madre ante
mi atenta mirada.—Pregunta a los del banco ...
. a cuantos plazos podríamos poner el préstamo y, a que tipo
de interés se quedaría –Dijo mi padre esperando una contestación de mi
madre.—Abre la boca y saca la lengua, mirona marrana, te voy a tratar como te
mereces y no se te ocurra quitar la cámara de tu carita –Le susurré al oído,
mientras con una mano apretaba sus mofletes e introducía tres de mis dedos
hasta el fondo de su garganta sin previo aviso.—¡Uuuuuuaaaaagggghhhhhh!
¡Aaaaaaaaaaaaggggggggghhhhh! –Emitía mi madre entre tremendos gorgoritos
provocados por su saliva mientras escuchaba mi pobre padre al otro lado del
teléfono esperando todavía la respuesta.—¿Lucía? ¿Qué haces ahora? NO te
entiendo nada –Replicaba mi padre.—¡Aaaaaaaaaaaaaaaggggggggggghhhhhhhhhhhh!
¡Uuuuuuuuaaaaaaaaggghhhhhhhhh! –Mi madre se debatía entre la vergüenza y las
arcadas, las cuales le provocaban unos grandes regueros de saliva que
comenzaron a caer sobre el móvil desde el que mi padre esperaba respuesta.No
contento con esto, me propuse introducir un dedo más en su garganta, por lo que
introduje un cuarto dedo, y comencé una follada de boca, mientras mi madre
permanecía con tos y arcadas, pero con la lengua todavía fuera, tal y como le
había ordenado, lo que me permitía ahondar más en su cavidad y aumentar su
agonía. Ella sabía perfectamente que, de no cumplir, esto podría tener
consecuencias, ya que se había convertido en una bola de nieve que comenzó
queriendo evitar una situación embarazosa por una simple paja, a estar de rodillas
frente a ...
. su hijo y telefónicamente con su marido, mientras su hijo
la sometía y humillaba hasta niveles jamás imaginados.—Papá le ha entrado la
tos y no hay manera, voy a darle palmaditas en la espalda a ver si arranca
–Dije a mi padre.—Sí hijo, mira a ver anda, que al final estoy gastando móvil y
no he hablado cuatro palabras seguidas con ella –Dijo mi padre, en el cual la
paciencia ya había hecho mella.Agarré su elegante pantalón de pinzas blanco, y
le pegué un tirón, a lo que mi madre intentó poner la mano para evitar que lo
bajase.—Oye…papá –Dije a mi padre.—Sí hijo, dime.—Verás, tengo un vídeo que
mandarte… —Dije mientras miraba a mi madre sacando mis dedos de su
garganta.—¡Noooo! ¡Por favor! –Me rogó mi madre con la cara roja por la congestión,
limpiándose las babas de la boca con el reverso de la mano mientras bajaba el
móvil con el que se estaba grabando, aunque sin interrumpir la grabación, por
lo que estaría grabando el techo pero nuestra conversación ser oiría
perfectamente.—¿Qué no? –Le contesté –Yo creo que sí…—Le dije con un gesto de
cara impasible.—No…por favor, te lo pido como tu madre que soy…por favor… —Me
dijo con la voz temblorosa.—Eso no me vale una mierda, tengo mucho material,
muy valioso…tuyo y de tu amiguita… jajajajaja –Le dije a mi madre sin piedad ni
compasión.—Yo…Richard…haré lo que quieras…pero no…por favor… —Me dijo con
desesperación.—¿Lo que quiera? Jajajaja ¿Ves como eres una puerca? –Le espeté
susurrando para que mi padre no pudiera percatarse de ...
nada .Agarré el móvil y comencé a hablar con mi padre, ante
la mirada de mi madre, que no entendía nada. Me dirigí al sillón y llamé con el
dedo a mi madre.—Verás papá, mamá ha ido al baño, no se encuentra muy bien, así
que dímelo a mí y ya se lo comentaré yo –Le dije a mi padre mientras yo
acomodaba.Desnudo como estaba de cintura para abajo, abrí mis piernas y saqué
el culo fuera del sillón, por lo que mi ojete quedó totalmente expuesto, con
mis enormes cojones colgando y mi rabo de toro pegado a mi abdomen, llenándomelo
de líquido pre seminal. Hice una seña a mi madre con mi dedo señalando mi
ojete, que daba clara muestra de lo que quería. Mi madre permanecía de
rodillas, y con los antebrazos ya se había limpiado su carita. Era preciosa,
estaba claro que era una buena hembra, y me iba a aprovechar de ello. Su cara
reflejaba incredulidad, no podía creer lo que su propio hijo le estaba
indicando, creería que estaba desequilibrado, que eran un enfermo, una buena
madre y fiel esposa postrada ante el culo de su hijo, sería repudiada por toda
su familia y sus conocidos y amigos si esto llegaba a salir a la luz…aunque
parecía la única posibilidad de que si accedía a ello, le dejase en paz,
borrase toso ese material inmoral e hiriente. Mi madre tragó saliva y,
intentando apoyarse en el suelo con sus brazos, inició la marcha a cuatro
patas, lentamente, como si su cuerpo pesase 40 kilos más y fuese pesado. A
gatas, se fue aproximando poco a poco, mientras yo sacaba conversación a mi ...
padre para alargar la humillación de mi madre, tan guapa,
con su coletita rubia natural y elegante, con esa carita blanquita y tersa, esa
mirada sensual y bondadosa.Cuando por fin se plantó ante mi ojete, se quedó
mirándolo fijamente, haciendo de tripas corazón, alternaba la vista entre mí y
mi ojete, seguramente con las esperanza de que me arrepintiese en algún
momento. Agarré mi gran cipote con mi mano derecha mientras continuaba la
conversación con mi padre, y comencé a pajearme lentamente, mientras le volví a
indicar a mi madre haciendo una seña con mi lengua que ya no dejaba lugar a
dudas de lo que pretendía. Mi madre, agachó la cabeza y comenzó a entrar en
contacto con mis nalgas, sentí el contacto de sus mejillas, mientras observaba
como, entre la humillación y seguramente el asco, al tener un maricón como mi
padre en la cama que no pasaría del misionero, intentaba lamer el ojo de mi
culo.La sensación era indescriptible, mientras yo hablaba con mi padre, un
cornudo, mi madre me chupaba el ojete, mis huevos quedaban por encima de su
frente, era realmente morboso ver semejante monumento de mujer chupando el
ojete a su propio hijo de 25 años, humillándola mientras hablo con mi padre…no
podía excitarme más, mientras me pajeaba mi gran cipote, podía sentir como mis
huevos subían y bajaban golpeando su frente. Aproveché para agarra con la mano
la solapa de su camisa y pegar un tirón hacia un lado para que así salieran
desparramados sus pechos, dando ella un
respingo, sin atreverse a contrariar mi acción.—Sí papá, se
lo diré, mamá está muy ocupada ahora, ya sabes, dándole a la lengua… —Le dije
mirando a mi madre con sonrisa y excitación.—¿Está hablando con alguien?
—Preguntó el bonachón de mi padre.—Bueno…sí…ya sabes…jajajaja—Así, mamá pasa la
balleta bien por ahí ¡aaaaahhhh!...que bien... —Decía ante la atenta escucha de
mi padee a través del móvil —joder papá, cuantas cosas es capaz de hacer mamá a
la vez...y que bien las hace...—La verdad que sí, dile que ya de paso se
acuerde de llevarse los documentos a su reunión, que tiene una cabeza... —Decía
mi padre.Mi madre mientras seguía pasando su lengua por mi ojete, aunque con
cierta timidez.—La verdad que sí papa, tiene "muchas cosas en la
cabeza...", pero sabes que a ella le gusta... —Le dije a mi
padre.—Jajajaja, sí hijo, pero todo lo que hace lo hace muy bien...—Uuuufffff...sí
papá...ya te digo yo que sí —Decía al cornudo de mi padre —¡A ver mamá, pasa la
balleta de abajo hacia arriba, aaaaaassssiiii...yo te ayudo ¿Ves? —Dije a mi
madre agarrando su cabeza para hacerle lamer toda la raja desde mi rabadilla hasta
el ojete, presionando con fuerza su cabeza.—Es que ya sabes papá que, cuando
tiene la boca ocupada y la cabeza en otra cosa...se despista con facilidad...
—Continuaba hablando con mi padre...—Espera papá...que creo que mamá se va a
poner...¡Aaaaaahhhhhh! ¡Uuuuuufffffffff! ¡Ooooooohhhhhhhhh! —Comencé a suspirar
ante la inminente corrida.—¿Pasa algo hijo? —Me preguntó mi
padre.—¡Uuuufffffff! Un pequeño...calambre... —Le dije,
alargando el brazo para coger el montón de documentos que había a mi derecha, los
cuales tenía preparados mi madre para llevar a la reunión, para así ponerlos a
modo de recipiente para mi inminente corrida, sin percatarse de ello mi buena
madre, la cual tenía sus ojos pegados a mi ojete bajo mis huevos, mientras yo
me pajeaba con rapidez y sostenía el móvil con el hombro.—Díselo a ti madre
hijo...que te de un masaje... —Decía mi colaborador padre.—Sí papá...¡ya está
en ello...! ¡Uuuuufffffff! ¡Joder papá que buena es...! ¡Que bien lo hace...!
¡Aaaaaaahhhhhhhhhh! ¡Oooooooohhhhhh! —Mientras manejaba su cabeza con fuerza
para incrementar la chupada de ojete, justo en el momento en que me iba a
correr solté su cabeza y coloqué sus documentos sobre esta, apuntando mi rabo
hacia estos.Agarré con fuerza mi rabo y, apretando fuerte el tronco, sintiendo
la lengua de mi madre en mi ojete, un torrente abundante y espeso de semen
explosionó con fuerza cayendo sobre sus documentos, chorros y chorros
continuaban saliendo, derramándose por los lados para caer en forma de espesos
hilos sobre su cabeza y frente, llenando así todo su pelo hasta chorrear por
este hasta sus mejillas. La sensación era indescriptible, me invadió una
flojedad inmensa por la intensa corrida, lo que me hizo perder fuerza y dejar
caer el móvil al sillón con mi padre todavía al otro lado de la línea. Cuando
mi madre aparto por fin su cara de mi
ojete, se vio cuenta de la insensatez que había cometido,
creyendo que nada peor que lo que le estaba pasando podría suceder. Toda la
documentación que tenía que llevar a la reunión que ella misma había organizado
estaban completamente cubiertos de semen, todos, mientras yo continuaba
volcando las hojas sobre su cara, desde la cual continuaba chorreando semen que
caía sobre sus ojos y boca, mientras intentaba agarrarlas con la mirada, como si
pudiese con ella alcanzarlas, sabiendo que en esos momentos todo para ella era
inalcanzable, estaba en una posición moral y psicológica en la que no tenía
ningún control.—Papá, como agradecimiento por el masaje le hecho a mamá un buen
vaso de leche. ..¡Y le ha gustado! —Le dije, a sabiendas que mi padre iba a
sorprenderse, puesto que a mi madre jamás le gustó la leche.Mi madre me miraba
con odio, con rencor, con los ojos encendidos en ira.— Pues si que tiene que
estar buena, porque a tu madre jamás le ha gustado la leche —Me contestó mi
padre.—Pues le ha gustado mucho ¿Verdad mamá? —Dije preguntando a mi madre, la
cual habría agarrado mi corazón y se lo hubiese comido —¡Contesta a papá! —Le
dije poniendo el altavoz frente a su boca.Se tomó unos segundos antes de
contestar, alternaba la mirada entre mis ojos y el suelo. Su humillación era
absolutamente evidente, estaba psicológicamente abatida, aunque como no iba a
estarlo, dominada y humillada por su hijo de 25 años. Hizo un esfuerzo
sobrehumano, levantó la mirada hacia el
móvil.—Sss...sí...mmm...mee...ha...gustado... —Dijo mi madre
con un fino hilo de voz.—Vaya...Lucía, quien lo diría, va a resultar que tu
hijo a descubierto como hacerte tomar leche jajajaja —Decía mi pobre padre,
viniendo al caso totalmente sus palabras.—Pues...no sé... ¡Mamá! ¿A partir de
ahora quieres yo te haga la leche? Ya que papá no sabe hacerla... —Dije a mi
madre.Ella volvió a mirarme, y haciendo un esfuerzo sobrehumano…—Sss…sí…—Dijo
sin dignidad.—Jajajaja a ver si la voy a empachar de leche ahora…jajajaja —Dije
a mi padre, provocando una vez más la risa de ambos ante la humillada presencia
de mi madre, sin que mi padre intuyera nada de lo que ocurría con su preciosa y
fiel esposa.—Bueno papá…te dejo que tengo cosas que hacer… —Dije cortando la
conversación de forma tajante.—Muy bien hijo, yo también tengo muchas cosas que
hacer.Colgué el teléfono y dejé tirada a mi madre, sin más, como una guarra, un
puta mal pagada, me subí mis pantalones y marché a mi habitación, me cambié de
ropa y, sin más explicaciones me marché de casa, dejándola con todos los
documentos manchados de semen, al igual que su cara. Una vez más llegué a la
hora de comer, pues en lo único que pensaba en mi día a día era, comer, follar,
ir con mis amigos, follar otra vez y comer…y que me la coman, por lo que volví
a mi casa a obtener todo eso.Cuando volví ya estaba la mesa puesta y todos nos
sentamos. Mi padre se sentó frente a mí y, cuando mi madre se iba a sentar a mi
derecha…—Mamá, tú aquí junto a
mí…a mi ladito —Le dije arrastrando la silla con una mano
donde ella estaba sentada ante la presencia de mi padre.Comenzamos a comer y,
agarrando la mano de mi madre, la puse sobre mi rabo, ya duro y enorme, le hice
agarrarla sin que mi padre llegase a ver nada, prestaba atención a su comida y
a la conversación que intentaba mantener con mi padre. Agarró mi musculoso
tronco, venoso y grueso, haciéndole con mi mano subir y bajarla la mano,
dejando caer un salivazo al rabo en uno de los momento en que mi padre cortaba
el pan. De esa forma conseguí una buena lubricación para una paja placentera y
agradable, en presencia de mi padre.Mi madre cambió el gesto radical de la
cara, quedando con los músculos de esta agarrotados por la tensión, mientras
comenzaba a ordeñarme ella sola. Su mano la deslizaba desde la base del lardo
cipote lentamente hasta la punta del capullo, muy lentamente, para repetir la
operación.—¿Qué tal el trabajo, Lucía? —Le preguntó mi padre.—Eehh…bien…bien…
—Contestó con rigidez en el rostro.—Seguro que un día “muy duro” ¿Verdad mamá?
—Pregunté a mi madre que continuaba ordeñando mi rabo intentando disimular lo
máximo posible.—Sssiii…sssiii…bueno… —Contestó con nerviosismo.—Seguro que se
te ha hecho el día “muy largo”, aunque tú eres muy solvente y sabes “sacar lo
mejor de cada uno” —Dije incomodando la situación todo lo posible mientras
continuaba dando al cipote en presencia de mi padre, ordeñando a su propio
hijo, intentando sacar su leche frente al cornudo
el cual desconocía todo lo que ocurría.—Sí, la verdad es que
tu madre tiene un don para eso, es una persona con perseverancia y aplicada
—Dijo mi padre.—Esos es papá jajajaja, no lo habría expresado mejor jajajaja
—Dije a mi padre mirando a mi madre.Mis músculos comenzaron a tensarse y apreté
mis dientes preparándome para mi corrida. Mi madre aumento el ritmo y comenzó a
dar más rápido al cipote, intentando seguir la conversación con mi padre de
forma muy robótica, muy artificial, fingida. Justo en el momento en que mi
padre se puso a cortar la carne mirando al plato, mi corrida salió disparada
con potencia hacia arriba, llegando a la mesa, donde estaban los platos,
depositando en él tres potentísimos y densos chorros, ante la espantosa mirada
de mi madre. Toda su mano quedó completamente pegajosa y cubierta de semen bien
espeso, al igual que la tapicería de la silla, la cual quedó con un charco bajo
mis huevos. Mi madre retiró la mano y se limpió con la servilleta, e intento
continuar con la comida con normalidad…también fingida.Después de comer mi
padre se echó la siesta como hacía habitualmente, mientras tanto yo estaba
mirando la tablet, tranquilamente, viendo el vídeo porno que mi propia madre
grabó mientras metía mis calzoncillos en su boca y se la follaba con mis dedos,
mi pasatiempo preferido a partir de ahora. Cuando mi madre volvió de la cocina,
entró al salón y, fue entonces cuando me saqué el cipote fuera del pantalón y
comencé a pajearme ante la horrorizada
mirada de mi madre, la cual miraba a mi padre echando la
siesta y en cualquier momento se podía despertar. Fue entonces cuando se me
ocurrió una idea. Me dirigí hacia mi madre.—¡Ponte junto al cornudo de mi
padre, marrana! ¡Plaaaaaaaaaassssss! —Dije a mi madre dándole un sonoro
azote.Situé a mi madre junto a mi padre, apoyada con las manos sobre el respaldo
del sillón, bajé su pantalón y bragas de un tirón hasta sus rodillas y le hice
sacar bien el culo, esas maravillosas nalgas, blancas y perfectas, dispuestas
para su hijo de 25 años.—¡Quiero que mires a mi papá a la cara, te voy a
calentar el culo, perra! —Dije abriéndoselo con las dos manos
—¡Plaaaaaaaaaaaasssssss! ¡Plaaaaaaaaaaaasssssss! ¡Plaaaaaaaaaaaasssssss! —Mi
mano comenzó a estrellarse sobre sus blancas nalgas, era un espectáculo ver
como temblaban a cada sonora nalgada, mientras mi madre se preocupaba más por
que mi padre se despertase que por las fuertes nalgadas.Mis manazas quedaban
plasmadas en sus nalgas, hondeaban a cada una que impactaba contra su carnoso
culo, mientras mi padre dormía profundamente.—Tenía que darte vergüenza, pedazo
de perra, Mónica y tú sois igual de perras! ¡Plaaaaaaaaaaaaaasssss! —Decía
mientras le calentaba el culo.—¡mmm…mmmm…mmmm… —Era lo único que emitía por
miedo a ser descubierta por su marido ¿Qué diría si le viese siendo nalgueada y
con los pantalones y bragas bajadas hasta las rodillas, mientras empinaba el
culo para que su hijo de 25 años se lo calentase?—Ven aquí, guarra, me vas a
comer el culo hasta que le saques brillo, y los huevos y el
rabo hasta que se te quite el hambre para todo el día —Le dije.Me puse a los
pies de mi padre, de rodillas en el sillón, con las manos apoyadas en el
respaldo, con el culo en pompa, iba a hacer que la humillación fuese
épica.—Bájame los pantalones y los calzoncillos —Ordené a mi
madre.—Richard…estás loco…tu padre me va…nos va…a matar… —Me dijo escandalizada
con la cara pálida y los ojos abiertos como platos.—Haberlo pensado antes de
que te llenase la cara de leche…¡Te voy a empachar de leche, pero bien! —Le
dije sonriendo.—Ya sabes lo que te he dicho —Le dije amenazante.Ella lentamente
mirando hacia mi padre, se acercó hacia mí, agarró con delicadeza la goma de mi
pantalón y los deslizó hacia abajo hasta mis rodillas.—Quiero me acerques tu
cara a mi ojete por encima del calzoncillo, puerca, restriega la cara y aspira
el olor a macho de tu hijo —Le dije.Su respiración era agitada, su corazón
golpeaba con fuerza contra su pecho, pudiéndolo sentir en la sien. Su voluntad
había perdido la batalla, su dignidad la guerra.Poco a poco se fue acercando
hasta mi culo, cubierto por mis calzoncillos blancos.—¡Vamos, no te hagas la
digna, fulana, te encanta que tu hijo te humille, seguro que nunca has chupado
el culo del cornudo… —Le decía.Su cara entró en contacto contra mi ojete, se
perdió en mi raja, mientras yo apoyaba la cabeza y los brazos en el respaldo
empinando mi culo todo lo posible. Sentía su nariz tocar el ojo de mi
culo, provocando que el cipote se me pusiera bien duro,
saliendo medio rabo por fuera de la goma del calzoncillo.—Quiero escuchar como
aspiras, marrana ¡Aspira el olor del culo y los huevos de tu hijo! —Le decía.Mi
madre comenzó entonces a aspirar con fuerza, la oía perfectamente, aspiraba
todo el olor de su hijo, su macho, el que iba a sustituir al cornudo de mi
padre en su cama.—¡Chupa el ojete por encima del calzoncillo, sacaleches,
puerca! —Continuaba diciéndole.Mi madre comenzó a pasar la lengua desde los
cojones hasta la rabadillas, por toda la raja del culo cubierta por la tela,
mientras tanto yo saqué el rabo por el calzoncillo y comencé a friccionar sobre
él, haciéndome una paja.—¡Baja mi calzoncillo y chupa la raja del culo de tu
hijo y, más vale que te apliques, pues cuando mejor lo hagas antes me correré,
tú verás, porque como se despierte papá y te vea de esa guisa… —Le dije
aumentando presión a su ya consolidada humillación.Agarró los calzoncillos
mirando hacia mi padre, lentamente, como intentando ser absolutamente
silenciosa y, se aproximó a mi ojete para chuparlo.—¡Huele primero, pega la
nariz y aspira! —Le decía si contemplaciones.Mi madre acercó la nariz hasta
tocar el ojete y comenzó a aspirar. Mi buena madre, con sus pantalones y bragas
bajadas, de rodillas frente al culo de su hijo de 25 años, el cual permanecía a
cuatro patas disfrutando de como su madre le olía el ojete, sometiéndola,
vejándola, humillándola.—¡Ahora a comer ojete, ya puede sacar bien
la lengua y hacer una buena limpieza! —Le dije —haber si de
verdad sabes sacar brillo jajajaja —Dije mofándome.Mi madre comenzó a pasar la
lengua por la raja de mi culo, sentía la humedad, mis pelos se erizaron por la
excitación, mi rabo estaba a punto de estallar, no duraría mucho.—Ahora, agarra
el rabo de tu hijo por debajo y comienza a pajearme mientras comes mi ojete,
cerda, junto a tu maridito jajajaja, mira como duerme el mierda mientras su
mujer le pone los cuernos con su propio hijo… —Decía para acrecentar su
humillación.Con su pequeña mano buscó entre mis piernas y tímidamente y con
suavidad, agarró mi tremendo rabo, el cual no podía abarcar en su totalidad
dado su grosor y, comenzó a subir y a bajar el prepucio, de atrás hacia
adelante, mientras con su lengua recorría toda la raja de mi culo, deteniéndose
en mi ojete para acrecentar la estimación y así terminar cuanto
antes.—¡Aaaaahhhhhhhhh! ¡Ooooohhhhhhhh! ¡Cómete los huevos de tu hijo! ¡Uuuuuuufffffff!
—Le decía entre gemidos.Ella pasó su lengua por el ojete deslizándola hasta mis
colganderos cojones, donde comenzó a chuparlos sin dejar de pajearme. Acumulé
una buena cantidad de saliva y la dejes caer en mi cipote, venoso e hinchado, a
punto de reventar, goteando líquido pre seminal, para así lubricar y que su
mano se deslizase con más fluidez, cayendo todo sobre su manita, llenándosela
por completo y correando por esta hasta caer en el sofá. Los chasquidos de la
chupada de culo y cojones, junto con el que
emitía la saliva al deslizar su mano sobre mi cipote era lo
único que se oía en el salón y, junto a mis gemidos, claro.—¡Ooohhhhh! ¿Quién
es el macho que te da leche, tu semental, marrana? ¡Uuuuffffff! —Le preguntaba
entre gemidos.—…uuuu… —Decía con su cara incrustada entre mis nalgas.—¿Y yo
quien soy? ¡Aaaahhhhhhh! —Seguía preguntado entre
gemidos.—…iii…hhiii…hhooooo…—¿Quién es el cornudo de la casa, perra? —Le
pregunte con toda la maldad.—…—¡Contesta, coño! —Le ordené.Ella miró a mi padre
de reojo con lástima.—…uuu…aaaadreeee…—Esta última palabra, hizo que mi semen
subiese a toda velocidad, mi madre podía sentir a través de la mano que
sujetaba mi cipote, la vibración que vaticinaba la inminente salida de una
cascada explosiva de semen a través del tronco de mi rabo.—¡Me voy a correr
marrana i****tuosaaaaa! iMete la lengua en el ojete, cerda de mierdaaaa! —Le
dije en voz alta, siendo consciente de que mi padre tiene un sueño
extremadamente profundo que me hacía ser descuidado.Pude sentir como mi madre
forzó el ojo del mi culo con su lengua, comenzando a explosionar una cantidad
desproporcionada de semen dada la gran acumulación que provocó mi excesiva
excitación, momento en que agarré su cabeza con mi mano y aplasté su cara
contra el culo con fuerza. Mi rabo comenzó a disparar chorros enormes contra el
sofá, los cuales fueron deslizándose hasta el asiento, donde comenzó a formar
una gran charco de líquido blanquecino y espeso, todo ello mientras mi madre no
cesaba de ordeñar mi
rabo con su lengua introducida en mi
ojete.—¡Aaaahhhhhhhhhhhhh! ¡Uuuuuuuffffffffffff! ¡Ooooooohhhhh! —Dije preso de
un tremendo orgasmo desproporcionado, apoyando la cabeza sobre el respaldo del
sillón, intentando recuperarme.Mi madre se retiró lentamente, temerosa de que le
ordenase lo contrario o alguna otra cosa denigrante o vejatoria, mientras yo
reposaba mi cabeza sobre mis manos apoyadas en el sillón.—Espera mamá…—Dije a
mi madre desde mi posición —Pasa tu cabecita por debajo de mis huevos —Le dije
sin más explicaciones que le hiciese intuir alguna cosa.Mi madre agachó la
cabeza y la pasó entre mis piernas, agarrándola yo por la cabeza, momento en
que se la estampé contra el asiento del sofá, contra el tremendo charco de
semen, restregando toda su cara a modo de fregona.—¡Saca la lengua, furcia,
adúltera, marrana! —Dije mientras comencé a nalguearla restregando toda la cara
por el asiento mientras la agarraba del pelo.Sacó la lengua tal y como le había
dicho y la hice servir de fregona, era mi recoge leche.Cuando acabé, la dejé
allí, me subí el
calzoncillo y me puse de pie dejándola llena de
semen.—Prepárate esta noche, perra, te voy a tratar peor que a tu amiguita
Mónica, te voy a reventar el culo en tu cama…junto a tu marido el cornudo… —Le
dije tomando dirección a la puerta del comedor.En ese momento en que mi madre
se incorporaba…—¡Papá, papá, papá! —Comencé a tocar en el hombro para
despertarlo…—Eeehhh…ss…sí…que…que pasa… —Dijo entre abriendo los ojos.—Ya es
hora de despertarte, se te hace tarde… —Le dije mirando de reojo a mi madre
sonriendo toda llena de semen.—Gracias…hijo… —Dijo mi padre incorporándose,
momento en el que vio a mi madre con toda la cara cubierta de semen y el pelo,
momento en el que la mirada con mi madre se cruzó —Pero…Lucía…¿Qué te ha
pasado? —Preguntó sorprendido mi padre a mamá.—Eeehhhh…yo… —Balbuceó
empalideciendo hasta coger el color de la pared.—¿Y…tus documentos? ¿Qué les ha
pasado? —Preguntó mi padre sin entender nada.—Yoo…eehhh…verás…me compré una
crema…nueva y…yo…me la eché en la cara…y…verás…tropecé y todo se derramó…sí
eso…todo se derramó y…quedó todo…y yo
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