Se sentía tan rico, me jalaba del
cabello, me acariciaba los senos, me daba nalgadas, iba acelerando y
aumentado la intensidad de sus embestidas, mientras yo gozaba como
nunca, ya me había venido un par de veces sintiendo por primera vez unos
orgasmos brutales, como no los había sentido antes, nunca le había sido
infiel a mi marido, y solo tuve una pareja sexual en mi juventud antes
de casarme con él, pero no se comparaba en nada a la brutal sesión de
sexo que estaba teniendo con Andrés.
Andrés se sentó en el sofá y me invito a
sentarme sobre su verga y montarlo, así lo hice dejándole mis senos a
la altura de su boca mientras él los devoraba hábilmente, saltaba sobre
su verga como si fuera la última exnovia de mi vida, estaba convertida en
otra mujer, no era yo, gemía como loquita, seguramente los gemidos se
escuchaban hasta el exterior de la casa.
Me levante saliéndome de su verga muy a
mi pesar, pero quería ir a un lugar más cómodo, mire a Andrés y
guiñándole un ojo lo invite a seguirme mientras caminaba delante de él
meneándole las nalgas para enloquecerlo más.
El entendió mi mensaje y vino tras mío
tomándome por las caderas y luego levantándome y cargándome en sus
brazos como si fuera una niña pequeña, le indique donde quedaba mi
habitación y me llevo en sus brazos como si estuviéramos en nuestra luna
de miel.
Al entrar a la habitación me dejo
sobre la cama y se lanzó encima mío, me devoraba a besos, me lamia y
chupaba el rostro, la boca, el cuello, mientras me penetraba en
misionero a una animadora porno amateur , yo lo atrapaba enredándolo con mis piernas porque no quería
dejarlo salir jamás, tenerlo dentro era una sensación indescriptible, mi
cuerpo hervía por dentro y cada embestida con su potente verga y gran
energía propia de su juventud era lo que calmaba mi fuego interno.
Me volvió a poner en 4 y comenzó a
penetrarme de una manera brutal pero deliciosa, jalándome del cabello y
dándome nalgadas, mientras yo gemía enloquecida por tremenda cogida que
me estaba dando Andrés.
Andrés acelero sus embestidas, el sonido
de su cuerpo chocando contra mis nalgas eran música para mis oídos,
aceleraba más y más mientras la cama temblaba por tan intensa faena de college party ,
Andrés se corrió dentro mío con una gran explosión de su liquido
caliente que bañaba todo mi ser, nos quedamos unos segundos en esa
posición mientras Andrés me daba sus ultima embestidas y botaba sus
últimos chorros de semen.
Estábamos exhaustos bañados en sudor, nos miramos fijamente a los ojos y nos dimos un largo y profundo beso.
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